lunes, 26 de abril de 2010

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No se si es el sol que ultimamente se empeña en salir todas las mañanas desnudo en el cielo o la ausencia de Lucy en mis brazos, pues la han agredido cortándole una cuerda, o el ser vegetariana; "desde que te volviste vegetariana ya no eres la misma...es como si fueras un clon... ¿Segura que no has sido raptada por los extraterrestres?" -me dijo hoy en la tarde-, o ese sentimiento feminista que ha estado surgiendo, de manera inconsciente, en el último tiempo o.... no se qué, pero siento la ansiedad de la noche anterior al primer día de escuela. En una escuela nueva. O del primer exámen de universidad. Una incomidad ansiosa, con hormigueo en las tripas, temblor en las manos y esa desagradable ambivalencia que tiñe mi personalidad. Es entonces cuando lo único que deseo es salir corriendo. Sí, salir corriendo de aquí, tropezarme un par de veces, chocar con unas cuantas personas, toparme con un perro que incremente la adrenalina y hacer un intento burdo y vergonzoso de correr hacia no se dónde.

Así se siente la realidad cuando el sol se desnuda como una prostituta mostrando su belleza, causando envidia, idiotez, enojo, mejillas sonrojadas y despejando todo a su paso. Y ahí estoy yo, entre esa multitud de "idiotas" que se esconden de la prostituta. Ensimismada en mis pensamientos, en mis "ideales desiciones". Esperando el tiempo en un rincón. Sintiendo entre letras aquello que olvidé en la realidad. Sí, tenías razón. Las letras sí provocan "cosas", mas aún cuando te vuelves un psicópata y necesitas buscar sensaciones y sentimientos olvidados en un par de letras compartidas. ¿Enamorarse de unas letras? Eso aún lo considero ridículo (aunque suceda). Pero sentir a traves de letras, sí. Talves porque ya se ha hecho costumbre en mí.

Y aquí estoy nuevamente, discutiendo conmigo misma sobre esa estúpida sobrevaloración que creen tener los hombres, sobre el niño que tiró basura en la calle, sobre el carabinero que se cree dueño y señor de la moral y las buenas costumbres, sobre las personas que se empeñan en contaminar y sobre esa insistente manía de los choferes de tocar la bocina en un taco, mientras el semáforo está en rojo. A veces siento que mi "humanismo" decae cada día. Que mis ideales se transforman solo en ideas y que talvez la mejor manera de terminar con esta simbiosis sea a traves de una carta.

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