martes, 12 de enero de 2010


Hay veces en que la vida se siente como comer un helado de crema y frutillas en una tarde de invierno. Sentada en las bancas que están fuera del supermercado Jorquera y frente a mí, la calle vacía y los árboles del frente saludándome. Me agrada esa sensación…

Cuando te detienes a mirar el mundo desde otro planeta, es impresionante. Todo tan pequeño, tan frágil, tan insignificante. Una jodida estupidez. Una locura… una locura que me agrada.
Recuerdo aquella noche en la que compartía con unos amigos en uno de esos típicos bares bohemios, en donde la oscuridad es la mejor aliada y la bebida la mejor compañía… Esos lugares que muchas veces te empujan a ser otro, o a ser tú, y en donde las risas forzadas surgen en medio de un infantilismo intelectual.
Una de las conversaciones llega a mis oídos.

Entre tantos tipos de risas y sonrisas dibujadas en mi rostro para intentar parecer ad-hoc a la situación, sentía como mi rostro se tensaba cada vez más. Qué desagradable sensación! Qué cinismo! Ironías agradables. No puede evitarlo… a veces. Al fin y al cabo, todos somos lo que no somos, o al menos así pareciera. Qué mediocre.

La conversación giraba en torno a los signos, a la cantidad de signos que se presentan en nuestra vida y los cuales, muchas veces, ignoramos…
Tomé aire para lanzar un par de palabras, pero este era demasiado denso, mezclado con el humo y el excesivo ruido, creo se atoró en mi garganta y me silenció. No hubo palabra alguna, solo oído. De todas maneras, la conversación no era nada interesante. Un par de balbuceos alcohólicos acompañados de esas “voladas” de marihuana. Al fin y al cabo no decían nada. Sin embargo se empeñaban en hacer parecer la conversación interesante. Aburrido…

No se por qué insisto en concurrir a ese lugar. Quizás sea la decoración... A mi lado, Violeta acompañada de su guitarra, llena de vida, bañada en colores tierra y esa expresión de éxtasis vacío que me encanta. A los costados, pescadores, bailarines, músicos, imágenes de propagandas antiguas y una que otra pintura rupestre que decoran la pared impregnada de historias de amor, desenfreno y descontrol.

Aburrida, cansada, incluso asqueada… la bebida comenzaba a hacer efecto. Mezclada con unas gotas de ruido, oscuridad, voces, vasos y luces oscilantes, comenzaba a entender cada vez menos lo que sucedía. Sonreía. Sí, siempre lo hacía.
Tanta confusión me provoca nauseas. Me levanto a comprar cigarrillos. Un respiro para mi rostro. Aprovecho de sacarme la sonrisa un momento y guardarla en el bolsillo.

- Un Lucky corriente por favor.
- 1800 pesos.
- Gracias

Esas serían unas de las pocas palabras que salieron de mi boca esa noche.

No logro entender porque los cigarrillos cuestan más caros en los pubs, si su precio es único. En fin, no hubiera ido a comprar cigarrillos afuera. El negocio más cercano no quedaba muy cerca, y a esas alturas debe haber estado cerrado. Agacho la cabeza y continúo. Me pongo la sonrisa nuevamente mientras abro la cajetilla para sacar un cigarrillo.

Vuelvo a la mesa. Todos ríen. Me uno. Todos beben. Me uno. Comparto cigarrillos. Fumo.
El ambiente poco a poco va tomando ese aire psicodélico de las noches de bebida y cigarrillos acompañado del toque deprimente que agregan los recuerdos y la melancolía por las cosas que no hiciste cuando deberías haber hecho y las cosas que hiciste cuando no deberías haber hecho…. Incluyendo aquellas que querrías hacer, sabiendo que quizás nunca las harás. Nostalgia por lo vivido y lo no vivido….

De pronto el mundo se siente pesado y el cielo cae a mis pies. En mi rostro, la sonrisa inamovible….el acto aún no acaba, la función debe continuar, y mi personaje seguir en escena. Me río de las idioteces que hablan. Escucho, o al menos eso hago parecer. Pienso mientras pongo automático a la sonrisa para que aparezca de vez en cuando.
Cambio de escenario… vuelvo a mi habitación. Me quito la sonrisa, el maquillaje de humo y alcohol que dibujaban mi rostro, me miro al espejo y nuevamente no me reconozco. Me tiendo sobre la cama. Enciendo la televisión…

- “te enamorarías de un actor…”

No hay comentarios:

Publicar un comentario