martes, 8 de diciembre de 2009

Recuerdos


Ultimamente los recuerdos y la nostalgia de otros tiempos reverberaban constamente en su memoria. Sentía la urgencia de crear algo, un modo, cualquiera que fuese, para poder retornar a aquellos momentos, en diferentes eras, en diferentes etapas, de diferente forma...
Como todos los días se sentaba en su escritorio, ese escritorio lila que alguna vez fue hecho por su padre, y observaba la habitación. Las paredes blancas cubiertas por ese papel con diseños de sueño y fantasía que la hacían viajar a otro lugar. Un lugar tan pequeño que la invitaba a soñar.
Otros días se sentaba en su cama a mirar a través de la ventana. Los árboles se elevaban en ese entonces frente a ella, creando una entrada a la imaginación. Muchas veces se sintió sola mirando a traves de esa ventana, extrañando, algunas veces, la calidez de aquellos otros lugares. Se sentía cansada. Lo mejor de tenderse en esa cama a mirar por la ventana era el silencio. Silencio que llenaba su pequeño lugar de seres nuevos, de juegos y risas mudas. Se quedaba mirando por la ventana, observando su reflejo, que en aquellos tiempos le era agradable, cálido.
Y caía la lluvia de un derrepente. Que agradable visita, ¿quién dijo que estaba sola? la lluvia era un excelente compañía, sobre todo en quellos tiempos en que el frío corría a las personas de las calles obligándolas a entrar a sus casas a compartir. Cuando uno menos lo esperaba, estaba presente, cálida, oportuna y fiel. Como siempre.
Por las tardes de sol, solía salir a caminar, gustaba de un lugar en especial, aquella casa en el árbol que le permitía soñar ser dueña del mundo, mas aún a la altura que se encontraba. Era impresionante verla subir ese gran arbol en el borde de un acantilado que daba a la ciudad. Parecía volar. Se sentaba horas, tardes enteras a contemplar el mar, hasta que el sol desaparecía para volver nuevamente a su mundo de imaginería.
Cuando comenzaba el día, el cansancio se hacía presente. La rutina era pesada. Algunas veces setía unas ganas enormes de arrojarse al mar y hundirse lo mas profundo posible para salir a flote en otro lugar, lejos de donde se encontraba. Las cosas ya no eran igual...
Mucho había cambiado, las personas, sus paredes, el árbol... Extrañaba la magia de aquellos tiempos, extrañaba su hogar, extrañaba a su familia. Ya no había tiempo para sentarse a mirar por la ventana. Ahora solo se sentaba en su escritorio entre libros, papeles, proyectos y un par de sueños que introducía en su mochila para dirigirse a su trabajo...otra vez

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